El mundo se cae a pedazos

 Durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918), un conductor de ambulancias, voluntario en el ejército italiano, fue herido en las piernas y sostuvo, con una enfermera, una apasionante historia romántica. ¿Que he pretendido decir con estas palabras? ¿El resumen del libro, o la vida del escritor mencionado durante ese difícil periodo? Para sorpresa de algunos incrédulos lectores, he hecho ambas cosas.


Adiós a las armas es una novela, parcialmente autobiográfica, del gran escritor estadounidense, premio Nobel. Se sabe de Hemingway que, en vida, fue un gran aventurero. Además de su mencionada participación en esa guerra también fue testigo directo de la Guerra Civil Española y, en menor medida, de la Segunda Guerra Mundial, como corresponsal de guerra en estas dos ultimas. Por la guerra en España escribió Por quien doblan las campanas.

Pero en este libro no figura con su nombre original sino con el de Frederick. Las páginas que revelan como fue herido y muerto, al mismo tiempo, un compañero suyo, es de las más explícitas en el gánero literario de anti-bélico. Y el final es de una riqueza tan grande como la muerte de Catherine. Si en toda novela de guerra se aplica una dosis de amor trágico, es sinónimo de gran obra; si está bien plasmado en sus hojas por un literato, es una gran obra. Hemingway combina perfectamente estos elementos para utilizarlo en una de sus obras más crudas. Y, a pesar que, como ya hemos dicho, es casi un relato autobiográfico, las idas y venidas de los personajes que cobran vida en esta novela son fascinantes.

Más de uno se llevara una desilusión al saber que Adiós a las armas no es un libro de batallas. Pero está en el criterio de ciertas personas el evaluar algunos rasgos que definen lo que es una guerra.


Escrito por: Yamil Artigas

Comentarios

Entradas más populares de este blog

West side story (1961)

"Predador" poema escrito por Ayelén López de Armentia

Einstein y Eddington